Colecta de ropa y frazadas para shipibos de Cantagallo
Pueden dejar sus donaciones hasta este sábado a las 8 y 30 p.m. en Av. Nicolás de Rivera 677, San Isidro.
“¿Ya no actualizas tu blog?”, me preguntaba días atrás un amigo del diario El Popular. “Es que no sé qué escribir”, respondí. Los días de vacío en el ciberespacio quedaron atrás. Surgió un pedido de ayuda que dije: “Hay que difundir”. Siempre me han gustado las causas sociales. Y esta me interesó mucho: Ayudar a los shipibos de Cantagallo a luchar contra el frío capitalino.
A raíz de un informe de Panorama, emitido este último domingo, personas de buen corazón han unido fuerzas. Dieron inicio a una recolección de ropas, en particular de chompas, abrigos y frazadas. En Lima la temperatura baja cada día. Y los shipibos no poseen los medios para contrarrestar las inclemencias del clima.
Las personas interesadas pueden dejar sus donaciones estos días hasta este sábado a las 8 y 30 de la noche en Av. Nicolás de Rivera 677, San Isidro. También pueden llamar a Roldán Alcidez Muñoz Agustin, organizador de este evento, al 990906685. El domingo será la entrega de lo juntado.
“Yo soy shipibo, pero no vivo en la comunidad de Cantagallo. El representante de ahí nos pidió a mi prima y a mí pasar la voz de esta colecta. Hemos recibido buena respuesta de la gente. Incluso, bandas de rock como El Hombre Misterioso, Comité Pokofló, La Mente y Rawa se han unido para ayudar”, me cuenta Roldán.
El domingo último, el dominical dirigido por Rossana Cueva mostró un informe sobre las deplorables condiciones en que viven los shipibos en la capital. Radican en el Rímac desde hace 14 años, refiere la nota. Las imágenes mostraban sus rústicas viviendas. La humedad carcomía la madera. Simplemente carecen de casas dignas para dormir.
Quienes quieran acudir a la misma comunidad el día de la entrega de las donaciones pueden coordinar su participación llamando al mismo Roldán.
Escrito por
Periodista. Soy redactor principal y reportero de 7.3 Noticias (canal 12 de Movistar y 14 de Claro).
Publicado en
Por Manuel Igreda Reátegui